sábado, 2 de febrero de 2008

Ya llego el Antroxu


Como me gusta el carnaval. Da igual si es o no pasado por agua. Da igual si hace frío o un calor inapropiado para esta fecha del año (aun recuerdo los sudores que pasamos un rebaño de ovejas en un caluroso desfile…). El Antroxu es un momento para cambiar de piel y meterte en cualquier otra, sea o no, el personaje de tus sueños.

Y es que mucha gente, aun piensa que en carnaval, uno se disfraza de lo que le gustaría ser en la vida real.

Yo a lo largo de mis años carnavalescos he pasado por todo tipo de “pieles”. Si algún psiquiatra me tuviera que analizar por ello, lo tendría un poco complicado para librarme del frenopático.

Me disfrace muchas veces de “niña tonta”. Disfraz fácil y socorrido. Unas coletas, unas pecas y un chupete daban forma a este personaje, de cuyo origen tengo serias dudas, pero que aun hoy en día, sigue dando mucho juego en los días de antroxu.

He sido pirata con ropa reciclada, troglodita pasando mucho frío, negra caníbal con serios problemas para entrar en los bares y no sudar. Fui arquero medieval cuyo arco fue la envidia de muchos, Wendy en el país de nunca jamás (Galiana). He pasado por la piel de una mejicana, de una dama medieval y de una dormilona. Fui payaso, bruja, india, gata, egipcia, tabernera y algún personaje más que se me queda en el tintero.
Hasta he ganado algún premio disfrazada de cabaretera y de sevillana.

Pero lo más importante de estas fechas no es salir y disfrazarse. Eso solo es una parte de la diversión. Lo realmente divertido es hacerse con el disfraz. Buscar ropa apropiada, hacer los cuerpos, las cabezas, los accesorios. Crear inventos para que una cola no se caiga o para poder llevar las llaves y el dinero en un disfraz sin bolsillos.

Comprar un disfraz es lo fácil. Pagas, te lo pones y a bailar. Así el carnaval dura un día o dos. Pero para mi familia y para mi, el carnaval empieza unas semanas antes, con los preparativos, las maquinas de coser echando humo, las ideas, los retoques, las ayudas dadas y recibidas…Comienza con una idea y a medida que toma cuerpo va involucrando a toda mi familia, y todos terminamos invadidos por el espíritu carnavalesco, disfrutando al añadir matices al disfraz, aportando ideas, mano de obra, materiales… Eso es lo divertido del carnaval. Un ir y venir de ideas que hacen que la fiesta no se vea reducida a un simple desfile.

Este año, si el virus de mi niña nos lo permite, saldremos un año mas, a disfrutar de las fiestas. Yo seré Pato el inseparable amigo de Pocoyo. Iré bien arropada, con mis mini-pocoyos, mi clon, mis Ellys, mi Loula y con una princesa con su príncipe. Nos acompañaran una dama veneciana con su cura confesor. Y todos juntos disfrutaremos un año más del Antroxu, y un año mas, el disfraz solo será un medio para alcanzar la diversión.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que lo paseis muy bien y disfruteis que yo mañana trabajo y luego encerrada con el canijo en casa que los tengo a los dos muy perjudicaditos.

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