Momentos gloriosos

Hoy no tengo fotos para ilustrar, pero quiero hablaros de cosas buenas.

Después de unos días tensos, con muchas preocupaciones, nervios y esperas, por fin mi padre vuelve a casa con su pedazo corazón como nuevo. Viene lleno de costurones, marcas de "uci" (como las tuyas, Luisin) y muchas ganas de reencontrarse con las nietas a las que hace 13 días que no ve y que para ambas partes han sido casi como 13 meses de separación.

No quiero yo tampoco lanzar las campanas al vuelo, pero he de reconocer que la recuperación ha sido mas que satisfactoria y rápida.
Siempre se conoce a alguien que te cuenta experiencias y te orienta sobre como va a ser la vuelta a la vida normal. Y he de confesar que todo el mundo me dijo que la operación era difícil, pero que los resultados eran estupendos.
Sin embargo, me habían dicho también que el operado quedaba hecho un trapo, que no se valía durante muchas semanas, etc... En eso discrepo desde la experiencia de los días de hospital.
Mi padre, en estos pocos días, ya ha aprendido a sentarse y levantarse solo de las sillas, acostarse en la cama, asearse, ir al baño, pasear, comer, etc etc, sin ayuda de nadie y sujetándose el pecho como corresponde a una fractura de esternón y una costura de tropecientas mil grapas y tres costuritas con algunas menos.

La única cosa para la que necesita ayuda, no por debilidad, sino por precaución hacia el hueso que está soldando, es para levantarse de la cama (probad vosotros a levantaros de la cama de este modo: acostados boca arriba, cruzad los brazos sobre el pecho, abrazándoos y cogiendoos por debajo de las axilas. Luego dejad las piernas deslizarse fuera de la cama e incorporaros sin apoyar codos y sin dejaros rodar de lado. Ahora imaginaros que tenéis el esternón roto y la "cremallera" en el pecho. Que tal? Seguro que os vendría bien un empujoncito por detrás verdad? jeje)

Después de la larga operación, los días de uci con perdida de sangre incluida, las transfusiones, la arritmias (ya totalmente controladas), los puntos cicatrizando y demás buenas noticias, supongo que entenderéis que estemos tan contentas. Como para dejar de estarlo!!

Yo, además, doblemente feliz, porque ayer, después de 14 largos años, me volví a abrazar con mi amiga Natalia, venida directamente desde Australia (es un decir, eh guapa? porque menudo viajecito...). No ha cambiado nada, pese a que cuando se fue no llegaba a la veintena y ahora ha vuelto hecha una mujer, con un marido estupendo y dos niñas requeteguapas.

Si alguien nos hubiese estado observando, solo podría pensar que era un reencuentro por el abrazo y las lágrimas iniciales. Después, fue como si el tiempo se hubiese detenido y no hubiese pasado mas de una década. Hablamos como lo harían dos amigas que nunca han dejado de verse y que no han creado una familia, ni pasado buenos y malos momentos separadas por miles de kilómetros.

Nos reíamos ayer, en el pequeño ratito que nos encontramos (solo fue un preámbulo!!) de como nos ha cambiado la vida. Cuando nos conocimos, todo era juerga, noches de baile, tardes de playa, fines de semana de acampada... sin mas preocupación que pasarlo bien y vivir la vida. Ayer, buscando una cafetería tranquila donde sentarnos a tomar algo, cargadas de niñas (ella tiene dos, yo iba con Mara y mis dos sobrinas), hablando y al mismo tiempo con un ojo puesto en las peques...

Lo dicho, como cambia la vida!!

Espero impaciente el siguiente encuentro. Hay que aprovechar las oportunidades que nos da la vida de vivir buenos momentos. Quien sabe cuando se repetirán o si lo harán??